
BELLEZA
Nuestro mundo actual está marcado por fenómenos negativos a nivel social y económico. Por ello he querido redactar una novela que dé reposo y alivio al lector y le anime a reencontrar el camino de la confianza y el entusiasmo. Y así, a través de la hermosura de un paisaje, el rumor de un riachuelo, el piar de los pájaros, o el perfume del azahar y el jazmín, he intentado tocar el alma del lector y embriagarla con la inmensurable belleza de la dicha interna.
Y con esta intención he descrito la visión de la ciudad de Granada.:
«Suben a una colina por donde se descuelga el estrecho camino hacia una vega frondosa, limitada por lejanas cadenas de montañas. Ante ellos se descubre el grandioso panorama de los cármenes de Granada, con sus terrazas cubiertas de rosas, claveles y geranios. De los hermosos jardines se elevan al aire en armónica comunión los aromas del azahar, el jazmín y las madreselvas. Altos minaretes y dorados techos de los palacios resplandecen al sol del mediodía. Las blancas casas, las altas murallas, el continuo trajinar de la gente. Y guardando el multicolor trasiego, se yergue como un centinela el rojo palacio de la Alhambra, perla amada que corona el «Al Andalus».
Hoy me despido, recordando que la belleza es alegría y bondad, es amor que irradia y vuelve proyectado, es luminosidad y magnetismo, es música que hace vibrar nuestros sentidos, es magia que queda flotando en el aire como el perfume del azahar…