
LOS GOCES DE LA AMISTAD
No hay nada en el mundo más hermoso que la seguridad de tener amigos cariñosos, fieles, serviciales, cuyo afecto no dependa de las vicisitudes de fortuna, sino que nos amen todavía más en la desgracia que en la prosperidad: la confianza en los verdaderos amigos en un perpetuo estímulo, pues nos alienta y anima para portarnos lo mejor posible, cuando sentimos que en nosotros creen y esperan, mientras hay quien nos ataca por no entendernos. En verdad, no hay estímulo ni ayuda ni gozo más eficaces e intensos que los de la amistad íntima y sincera.
Por ello mi libro no sólo habla del amor sino también de la amistad entre tres muchachos que se enfrentan a la vida con el único apoyo de su mutuo aprecio. Así en la página 387:
» Cuenta con mi apoyo; pero antes has de ser el padrino de mi boda- y uniendo las palmas de sus manos añaden; -!Con Dios por la amistad y el triunfo!- mientras sienten como la presencia de una amistad imperecedera les invade las manos. Y a lo lejos se escucha el eterno tañer de las campanas y el rezo del almuecín, junto a salmos y oraciones de monjes, rabinos y ulemas nacidos del deseo de un mundo mejor»,